
Gary Galka de 57 años, perdió a su hija de 17 años en un accidente de trafico, y poco después, se propuso crear dispositivos capaces para comunicarse con su hija fallecida. Los vende entre 79 y 350 dólares.
Asegura que al poco tiempo de fallecer su hija, cosas entrañas empezaron a ocurrir en su casa. El timbre sonaba sin que nadie lo tocara, los canales de la televisión se cambiaban, las luces se encendían y apagaban por sí solas.
Gary pensó...