Base rusa sobre el lago Vostok |
Hace más de una semana que no se sabe
nada de ellos, un grupo de científicos rusos que pretendía alcanzar las
inexploradas aguas del lago Vostok, a 3,7 kilómetros bajo el hielo, donde se
espera encontrar lo más parecido a la vida alienígena en la
Tierra.
En concreto, la última comunicación con
la base Vostok se produjo el 28 de enero. Para empeorar las cosas, su plan
inicial de trabajo requería acabar la faena antes de esta semana, cuando
despegaría el último avión que les rescate del final del verano
antártico.
El grupo del Instituto de Investigación
Ártica y Antártica de San Petersburgo llevaba desde noviembre perforando la
kilométrica capa de hielo que mantiene aislado desde hace unos 15 millones de
años el lago Vostok. Allí pretenden encontrar vida microscópica que ha
evolucionado ajena al resto del planeta durante eras, parecida a la que se cree
que habrá en Europa, la luna helada de Júpiter. Y estaban muy cerca, apenas a
unos metros. "Puedo asegurar que están muy, muy cerca de penetrar en el lago
esta vez", explica a este diario el profesor de la Universidad de Montana, John
Priscu, uno de los mayores expertos en estos lagos antárticos
ignotos.
Priscu es una de las pocas personas que
estaba en contacto con el grupo ruso durante sus trabajos. Hasta hace una
semana. Desde entonces, confirma Priscu, nadie responde al otro lado de la
radio. Sin embargo, este investigador no cree que haya que temer por ellos. "La
falta de comunicación con el mundo exterior no es tan extraña. En alguna ocasión
he llegado a quedarme yo mismo sin comunicación a través de radio durante dos
semanas mientras realizaba trabajo de campo", explica. "Los rusos son muy
competentes y yo no me preocuparía por su bienestar", tranquiliza
Priscu.
El investigador recuerda las duras
condiciones que se viven en la base de Vostok, el lugar más frío del planeta
Tierra, donde se ha llegado a registrar -89,2º centígrados, el récord absoluto.
"Los rusos han estado trabajando contrarreloj en el desierto más alto, más seco
y más frío de la Tierra y están muy ocupados tratando de alcanzar sus
objetivos", puntualiza.
Hace dos semanas, los científicos
rusos realizaron una parada en su trabajo de perforación del hielo para realizar
mediciones de presión que eviten sustos. Esas mediciones han podido ralentizar
su progreso, que hasta ese momento avanzaba a un ritmo de 1,7 metros diarios
hacia su objetivo. Pero el verano antártico llega a su fin, lo que les obligaría
a aplazar la llegada a la meta otro año más, como les ocurrió en febrero de
2011. "No estoy seguro de cuándo regresarán. Lo normal sería que el campo se
preparase estos días para el invierno. Dada la magnitud de trabajo de esta
temporada, puede que retrasen la salida".
fuente/ Público
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