El geólogo Alexander Koltypin piensa que unas misteriosas marcas que se extienden a lo largo del Valle de Frigia, en el centro de Turquía, fueron hechas por una raza inteligente entre 12 y 14 millones de años atrás. «Podemos suponer que antiguos vehículos con ruedas fueron manejados en el suelo blando, quizás en una superficie mojada», dijo el geólogo. «Debido al gran peso que tenían, los surcos que dejaron fueron muy profundos y, con el tiempo, se petrificaron salvaguardando así la evidencia sobre este hecho. Es un caso bien conocido por los geólogos, por ejemplo, las huellas de dinosaurios fueron preservadas naturalmente de esta misma manera», agregó. Junto con tres colegas, el Dr. Koltypin, director del Centro de Investigación de Ciencias Naturales en la Universidad Política-Ecológica Independiente e Internacional de Moscú, viajó recientemente al sitio en la península de Anatolia. A su regreso, describió lo observado in situ como «surcos alineados y petrificados en depósitos de roca tobácea (hecha de ceniza volcánica compactada)». El académico declaro que «todos estos campos rocosos están cubiertos por surcos dejados allí hace millones de años… y no estamos hablando de algo hecho por el hombre».
«Estamos lidiando con marcas dejadas por alguna especie de vehículo todo terreno. Los surcos se disponen en pares, y cada tanto se cruzan entre sí, algunos son más profundos que otros. Asimismo, el examen detallado de los surcos no deja lugar a dudas, son muy antiguos y en algunas zonas la superficie ha sufrido de las inclemencias climáticas», explicó. De acuerdo a Koltypin, los surcos tendrían entre 12 y 14 millones de años de antigüedad. «La metodología para determinar la edad de la roca volcánica es una técnica bien estudiada, como geólogo puedo asegurar que vehículos antediluvianos condujeron alrededor de Turquía central entre 12 y 14 millones de años atrás». Además añadió que cree que tales surcos son «señales inequívocas que una civilización existió antes que la noción clásica del mundo» y que tal vez sus integrantes «eran seres diferentes al humano moderno». Entre las evidencias que llevan a Koltypin a arriesgarse con una teoría que seguramente será ignorada por el establishment científico dominante, está la distancia entre las marcas de las supuestas «ruedas de los vehículos», las cuales guardan una distancia entre ellas que se asemeja a la de los automóviles modernos. «La profundidad máxima de un surco puede llegar al metro, y en las paredes existen unos rasguños horizontales que podrían responder por los finales de los ejes utilizados para las antiguas ruedas», argumentó.
Koltypin se graduó de la Universidad de Prospección Geológica del Estado y completó otros estudios en el Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias de Rusia. Puestos a seguir la hipótesis del antiguo astronauta, ¿pueden acaso estos surcos responder por marcas dejadas por enormes rovers enviados a explorar nuestro planeta en la más remota antigüedad? En ese caso, el Valle de Frigia no habría sido el único lugar del planeta explorado por los científicos alienígenas, en Malta existen las mismas enigmáticas huellas…
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